Pocas presentaciones necesita Ricardo Pachón. Productor musical, arreglista y compositor, bastaría con citar que ha producido discos como La leyenda del tiempo de Camarón, los tres primeros LP de Lole y Manuel o el debut de Veneno, o que ha dirigido numerosos documentales relacionados con el mundo de la música, o que ha creado y conserva tal vez el mayor archivo existente de grabaciones antiguas de cantes tradicionales. Pero todo eso se resume en que Ricardo es un hombre que ha dedicado toda su vida al Flamenco, y que guarda una vinculación muy especial con la manera de expresar este arte del pueblo gitano.
Su entrañable visita de ayer tuvo un motivo muy especial. Vino, acompañado de su hija Helena, su nuera Asunción Fernández, y su nieto Alejandro, a entregar a nuestra escuela de arte la batería de su hijo Ricardo, de tan grato recuerdo para el mundo de la música y el flamenco, recientemente desaparecido.
No tenemos palabras para expresar el agradecimiento que sentimos hacia esta querida familia, y nuestra mejor manera de hacerlo es hacer que esas baquetas sigan golpeando cajas y platillos, entre pequeñas manos, como homenaje a quien durante tantos años las hizo sonar.
Gracias, Ricardo. Para ti el más grande de nuestros abrazos.